lunes, 29 de mayo de 2017

Robert Fernández mete a Valverde por Luis Enrique

MiPara los que tenemos algo más de treinta años, los hombres de fútbol del Fútbol Club Barcelona son algo muy vintage. Ninguno fue, en lo deportivo, historia, incluso, quitando lo que significó en la rivalidad con el Madrid, fuera de ello. Tres buenos futbolistas, internacionales con España, pero que tampoco hicieron historia, ni siquiera en sus clubes de origen.
Pero hoy son los que están dirigiendo, en lo deportivo, el Barça, uno de los clubes más importantes de lo que llevamos de siglo, para muchos el que más. Robert (Roberto como jugador), lleva apenas dos años como director deportivo, con una liga, una Copa del Rey, una supercopa continental y otra nacional. Su trabajo ni termina de convencer a los aficionados ni tampoco desean su marcha. Como si no molestara.
Luis Enrique llegó al club más por esa nota histórica de rivalidad que por sus logros como entrenador. Tampoco es que fuera un desastre. Cumple. En el Barça ha ganado una Champions, dos Ligas, tres Copas del Rey y una Supercopa de España y otra de Europa, antes no había ganado nada en sus periplos en la Roma y el Celta. El asturiano, cansado, agotado por tanta presión mediática, anunció antes de tiempo que se iba, lo cual nunca suele acabar bien, aunque ya quisieran muchos hacerlo segundos en la Liga, llegando a cuartos de Champions y ganando la Copa del Rey.
Lo de Valverde es otra historia. Llegó al Athletic de Bilbao después de subir al filial, pasó por Espanyol, Olympiacos, volvió a España para entrenar al Villarreal, volvió al Olympiacos para volver a la Comunidad Valenciana y dirigir al Valencia, del que se fue para volver a entrenar al Athletic de Bilbao, con el que le ganó, precisamente a Luis Enrique, la Supercopa de España.
Después del cambio que supuso la aparición de Guardiola en el equipo culé, la actuación insulsa de El Tata Martino, y el cumplidor Luis Enrique, teniendo en cuenta lo que ha sido el Barça este siglo, el extremeño tiene que exprimir una plantilla que tiene que ir más allá de que Messi esté bien y con ganas, que Luis Suárez marque y que Neymar haga magia. Este año, tanto el uruguayo como el brasileño han hecho un buen año, pero tampoco espectacular, y se le ha echado en falta, aunque como demostraron los resultados, para poder ganar la Champions se necesita más.
Ter Stegen es buen portero, y más para la filosofía Barça por su juego de pies, pero es obvio que no es para el nivel del equipo. No es top 5 mundial. Piqué-Umtiti es buena pareja, por fin un central que funciona con el catalán desde que se fue Puyol, pero no es top, y en cuanto falta, ni Mascherano es el que era ni Mathieu es fiable. En el lateral derecho, ni Aleix ni Sergi Roberto cumplen para partidos de alto riesgo, simplemente cumplen. En la otra banda, Jordi Alba no tiene la continuación que tenía, y ahí Mathieu da el mismo resultado que como central. Otro problema es el mediocentro defensivo. No es sólo que Busquets no ocupe todo el campo que ocupaba con Guardiola, sino que no tiene ni sustituto real. Con Mascherano ocurre igual que de central, con Sergi Roberto en su posición de lateral derecho (todos sabemos que su posición real es la de interior derecho). Además, el único centrocampista que le ayuda a defender es Rakitic, un jugador que ha sido mediapunta toda la vida, y ahora se dedica casi más a defender que a atacar, en esa posición ideal del propio Sergi Roberto. Iniesta, don Andrés Iniesta. Cualquiera objetivo (sí, es muy difícil ser objetivo con él, se le quiere tanto...) ve que lleva dos temporadas con menor nivel. Es decir, que ya no es perfecto, por lo menos no siempre. Ahora es sólo de vez en cuando, y cada vez el físico se lo impide más a menudo. Luego está André Gomes. El fichaje estrella de esta temporada no ha convencido a casi nadie, excepto a Luis Enrique, de modo inexplicable. Ha jugado cuando Iniesta no estaba y muchas veces por Rakitic. Curiosamente, uno de los partidos en los que más se le ha alagado fue el último, el de la Copa del Rey, en el que Luis Enrique le puso de lateral derecho. Tampoco era muy difícil hacerlo mejor que Mascherano en esa posición. Faltan los sustitutos de los tres de arriba, aunque Rafinha, Turan y Denis Suárez pueden colocarse también de interiores. El brasileño lo hizo muy bien hasta su lesión, jugando a menudo en ambas alturas del campo. El turco sólo ha destacado cuando lo ha hecho sustituyendo a Neymar, de extremo izquierda. El gallego prometía mucho tras su paso por el Villarreal, donde fue un jugador importante, pero en Barcelona no ha mostrado mucho. Por último, hablar del sustituto del 9, de Luis Suárez. Alcácer llegó con los líos de su contratación, más por el equipo de procedencia y los treinta millones que costó, presión que le ha costado mostrar su verdadero talento, sobre todo a la hora de meter goles. Esas dudas le costaron un aluvión de críticas, pero ha acabado la temporada demostrando que puede ser un buen sustituto del de Salto o un arma cuando se necesita un gol.
Con todo esto, lo que se ve claro es que el nuevo técnico necesita apuntalar la defensa, intentar que le traigan un jugador por cada puesto de esa defensa y un mediocentro defensivo. Hablamos para volver a ser ese equipo perfecto que conquistó al mundo entero y encumbró a Pep Guardiola. Como siempre suele ocurrir en el Barça, la solución es mejorar la defensa, de ataque van sobrados.