miércoles, 21 de diciembre de 2016

El crack Parejo

Daniel Parejo, el mejor jugador que he visto, dijo Di Stefano. Canterano del Madrid, de aquella época en los que los jugadores del Castilla salían por cualquier discoteca con los mismos honores que los del primer equipo, al que ni fue la primera, ni será la última a no ser que se retire pronto o cambie mucho (lo cual no lo creo, la verdad), pillado con alguna (algunas) copas de más.
Yo no soy contrario a que los futbolistas salgan, y más cuando son días libres, faltaría, pero de manera responsable, y el vídeo evidencia que no se había tomado un par, sino alguna (algunas, en realidad bastantes más), lo cual hace que físicamente empeore. Y encima Parejo, al que siempre se le cuestiona su esfuerzo en el terreno de juego. Que es el jugador que más corre según las estadísticas, yo no digo que no, pero todos hemos visto cómo: al trote, mirando como un rival con la pelota pasa por su lado y no cambiar el ritmo para, por lo menos, hacer amago de detenerlo. Vale, no siempre es así, pero sí muchas, demasiadas.
También es verdad que se puede ser injusto con él, mientras los demás hacen lo mismo o peor. Puede ser. Que se le exige más que al resto, también puede ser. Pero claro, él es el capitán, sin duda el jugador con más calidad de la plantilla, para mí un genio en esto del fútbol, y por eso se le exige más, yo por lo menos. Pero también es verdad que no sabe, porque parece que no quiere, competir. No le interesa. Es como si siguiera en la cantera o en partidos amistosos, de los que ni siquiera son de pretemporada, en favor a alguna causa benéfica. Y eso es lo que indigna, por lo menos a mí. Es el típico jugador que si es de otro equipo y ves un resumen te parece una maravilla, pero que si es del tuyo, y ves el partido entero, te desespera, y ya son muchos años, demasiados de verle esa actitud, de esa falta de conciencia capaz de intentar tirarle un caño a Messi para sacar el balón de su área cuando vas perdiendo por goleada en la ida de una eliminatoria. Y ya no tiene veinte años, que ya lleva demasiados para saber cuando hacer ciertas cosas en determinados sitios, sobre todo cuando son casi imposibles de hacer, incluso para alguien de su calidad.